Los Hombre No Lloran II
Quien fue el “iluminado/a” que esta frase soltó. Quizás alguien educado en el mundo machista que hasta ahora y por fin va perdiendo sentido. Alguien que aún creía en aquello de que el sexo fuerte era el hombre y el débil la mujer. Pero es que hasta nuestras madres creyeron en ello, que para hacernos callar mojaron la yema de sus dedos cuando de nuestros ojos una lágrima quiso escapar, diciendo….”Los Hombres no lloran”.
A nadie nos gusta ver llorar, nos pone tristes e intentamos evitarlo. Es un error, las lágrimas están ahí para que a través de ellas se ahoguen las frustraciones, las penas, los desamores. Pero no solo eso, que también pueden aflorar en un momento de emoción y felicidad.
Como una vez escribí, somos hijos del mar y es algo que conservamos cada uno de nosotros, en lo más profundo de nuestros mundos. Sus gotas saladas se derraman porque somos infinitamente más pequeños que su inmensidad y cuando los sentimientos afloran, sin dique ni rompeolas, la corriente natural de nuestra ola acaricia la orilla de nuestras mejillas, ya sea de hombre o de mujer, con un simple adiós o con un hola.
No importa, ambos conocemos las cosquillas de las mariposas del amor, del dolor de nuestras madres al parirnos, de la injusticia, de la frustración, de la traición, de las mentiras, de las calumnias, de perder a quien queremos, de no volver a ver porque murieron, de las espinas que se clavan como agujas en nuestro corazón. Y las sonrisas y el alboroto de la alegría, y la felicidad en calma que quizás en un momento, un día pudimos sentir, al lado de alguien, al atardecer o en la cama, al escucharle hablar, o simplemente en silencio armarlo, mientras duerme y observamos su forma de respirar mientras sueña contigo o con sus deseos escondidos que tú no puedes abrazar.
Hay quien se avergüenza, y hay quien prefiere hacerlo a solas, pues es a solas donde te encuentras contigo, con la verdad de tus olas, que en tu vida, vienen y van, y que en un momento te desbordan, te mojan, te bañan y el brillo de tus ojos adorna.
Prefieres controlar quizás ese tsunami, o sencillamente dejar que llegue donde quiera llegar, que al fin y al cabo te liberan de tu más escondida verdad. Otros prefieren que les vean y han aprendido a captar con su victimismo a aquellos por los que se quieren hacer escuchar. Pero han hecho de sus lágrimas monedas de cambio que algún día de tanto usar se irán depreciando y dejarán de engañar. También lo aprendieron de niños, sin preguntarse, sin reconocer, que no hay mejor cosa que dejarse llevar, ser humilde para aceptar, que llorar, es un bien en ti mismo. Que te hace consciente de tu corriente, sabiendo de donde nace y a donde va, pudiendo virar, cambiar el rumbo, buscar aguas mansas donde poder calmar tu ajetreada y mal entendida tempestad.
Quien dijo que los hombres no lloran, eso no es verdad, y quizás mucho más de lo que se pueda pensar. Pero este se avergüenza y quizás se esconde buscando un lugar donde a solas estar y así dejar sobre el suelo sus gotas derramar, o limpiarlas con sus mangas, esparcirlas por su cara, restregando sus ojos con el nudillo de sus dedos como quien se lava y despereza al despertar. Es igual, los hombres lloran, porque tienen que llorar.
Unos son emotivos, otros son fríos, otros tímidos, pero todos lloran en algún momento y se ponen frente a su realidad, pues incluso sin lágrimas y los ojos cerrados, se puede llorar.
Hoy no me importa decir que se me fueron escapando las gotitas de mar que en la bahía de mi corazón permanecía, reflejando un cielo gris, sin olas, y en calma me deje acariciar la mejilla con sus gotas saladas, respirando el olor a tierra mojada cuando inundaron mi Alma reseca y resquebrajada y que al mojarla dolía, escocía, como escuece la sal.
Si,… Empapado en el elixir del amor me he dejado inundar, recreándome en unos ojos en los que deseo verme y en los que no me puedo mirar, acariciando unos labios que parecen ser creados para mi boca, como para un mendigo un pedazo de pan y que desgraciadamente aun no puedo besar.
Los hombres lloran, acompañados o a solas, depende de su personalidad y yo, ante vosotros/as. para bien o para mal, lo acabo de demostrar.
Felix Moratilla
Tan intenso, real, sincero y profundo como lo es en realidad. Me encanta. Soy una defensora de las emociones, en especial del llanto, aún tan perseguido, castigado, prohíbido. Que importante es dejar en libertad la sensibilidad masculina. Con tu permiso comparto este artículo, pues hace poco escribí uno de las lágrimas como la técnica de liberación emocional que es. Un abrazo.
Puedes publicarlo siempre que quede reflejada mi autoría
. Muchas gracias por tus palabras y apoyo. Un abrazo
Sensible, bonito!
Escribo lo que siento y a veces resulta como dices, como dicen. Gracias
Mis Saludos Félix
Me ha gustado mucho leer tus reflexiones.
Muy interesantes y grandes verdades que hay en ellas para meditar.
Gracias.
Un saludo cordial gracias por visitar mi blog.
Gracias a ti por tus palabras y por estar ahí. Un saludo cordial
Muy emotivo, gracias por compartir ese mar salado que con tanta sensibilidad describes.
Tu emotividad , se refleja .
Precioso👏👏🌹
Un abrazo Félix
Gracias a ti por tus palabras y comprensión. Un abrazo enorme.
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Claro que si Felix. Me encanta. Gracias.
Gracias Ana. Tq.
Gracias Felix , esto de sentirme con lagrima fácil, hace que tenga que tener a mano el pañuelo.
Un abrazo grande por tan hermosa confesión empatizada hasta el ático del alma.
Saludos
Gracias a ti Araceli. Saludos