Sueño Para Vivir Y Vivo Para Soñar II
Ayer los sueños se apoderaron de mi estado, y no solo mientras dormía, sino al abrir los ojos y durante todo el día. Sueños que visitaron mi noche, no sueños por realizar, sueños del recuerdo, de lo que fueron, de lo que en otros tiempos viví, sueños que quedaron colgados en la percha del olvido, como ropa sin usar, como pasados de moda, como si nada tuvieran que ver conmigo, que han vuelto a tener vida, tanto al soñarlos, como al despertar.
De manera intencionada decidimos olvidar, quitarnos del medio aquellas vivencias, a veces duras, a veces tristes, a veces de lo que pudieron ser y no fueron o de lo que fueron y no pudieron ser. Sueños que al despertar te preguntan porque olvidaste lo que no pudiste finalizar, porque me colgaste y me guardaste si me vas a volver a usar.
En algún lugar de nuestra mente están guardados, en un desván de nuestro inconsciente siguen aparcados y encerrados, en ese baúl de los recuerdos y que empolvado en un rincón, no queremos abrir, pero que de alguna forma siempre están Ahí. La mente podrá olvidar pero el Alma les da vida cuando menos te esperas. Salen y juegan, y bailan, y suenan, y metido en tu sueño les escuchas hablar, se comportan como entonces, o quizás como deseaste que quisieran rodar, vuelven, para robarte un pedazo de realidad.
Ellos un día lo fueron, formaron parte de tu verdad, igual que lo que ahora vives, quien te dice que en un futuro con ellos no soñaras. Vivimos y actuamos, según creemos que debíamos hacer en aquel momento y hoy creemos saber dónde nos equivocamos en esa consciente forma de saber que podríamos haber cambiado los acontecimientos si hubiéramos actuado según otros sentimientos. Lo bueno, lo malo, lo mejor, o lo peor, lo que nos colmó de felicidad, lo que nos enloqueció de pasión o crueldad en otro tiempo, resurgen de entre el polvo por alguna extraña y enigmática razón.
Puede que necesitemos desempolvar los sueños, para tener en frente, una lección aprendida o por aprender, y que en el presente necesitamos recordar. Puede que nuestra Alma herida necesite comunicarse de forma sutil, para decirnos que lo que dejaste atras, va a repetirse y en esta ocasión, utilices la experiencia para sacar de ello lo mejor y lo que entonces no supimos tratar y hoy sepamos alcanzar. O sencillamente para volver y finalizar lo que no terminamos, ofreciéndonos una nueva oportunidad, bien sea a través de un sueño o sencillamente de este presente, de esta nueva realidad, donde lo que interrumpimos, por miedo, orgullo, o vanidad, hoy no dejemos apartado y así poder en nuestro deseo culminar.
Fuera como fuere, te deja agotado y durante ese día, te estás preguntando a que viene esto ahora, y sin querer quedas tocado. Si solo es un sueño….¿Que debo iluminar?
Sin embargo sentimos esas emociones, esos sentimientos, recobraron vida, los reconocemos como nuestros, y sus intenciones, qué sentido encierran si no es otro que repetir momentos, revivir situaciones que vuelven a colmarte de felicidad, de ilusiones, o te llenan de disgusto haciendo de ese día un lamento en tu despertar.
Sientes la necesidad de que existiera una máquina del tiempo que te hiciera regresar y darte la oportunidad de cambiar aquello que hiciste o que dejaste pasar. Al final debes ser consciente de que por alguna razón será, y prefiero pensar que están ahí, para enseñar, que siguen en nuestro disco duro y que aunque pretendamos olvidar forman parte de nosotros mismos e inevitablemente de nuestro aprendizaje al caminar.
Si realmente pudiéramos algo cambiar, también cambiaríamos nuestro presente y ahora es cuestión de valorar si te gusta ser como eres, si lo que vives te llena o deja mucho que desear, porque somos lo que fuimos, formó nuestra personalidad, la que ahora percibimos y estoy convencido de que es la que debemos llevar. No seríamos quienes somos de no haber tenido y vivido experiencias que ni entonces, ni ahora sabemos o podemos explicar. De alguna manera, siempre han estado, están y estarán, como piedras en el camino, como flores que adornan nuestro paso cuando empezamos a andar, como cumbres que a veces alcanzamos donde podemos vislumbrar todo lo que conseguimos si miramos atrás. Hondonadas de misterio y oscuridad, tinieblas en las que los miedos no nos dejaron pensar, sentir, vivir y solo permitieron que desde nuestra frágil inocencia, desde nuestra ingenuidad, desde nuestra falta de experiencia solo consiguieron hacernos vacilar.
Hoy, como otras veces desperté anclado al pasado, sencillamente porque este no se ha borrado, ni se borrará, porque este sutil misterio encierra un mensaje que debo saber descifrar, que no es un capricho, que no es casualidad, que no me sucede por nada, que no tiene otro afán que desviar mi mirada porque mi destino no es consecuencia del azar, sino de mi forma de sentir y encajar esos sueños, enmendando el desatino que un día dejé atrás. Porque la vida siempre te da una nueva oportunidad y la asignatura pendiente tarde o temprano la debo aprobar, de otra forma repetiré curso una vez más, y lo que hoy vivo, si sigo viviendo, algún día en sueños me hará despertar, con la mismas preguntas, con los mismos misterios, con los mismos recuerdos que hoy no quiera cambiar y de hacer conscientes viviendo mi realidad de forma coherente a mi auténtica y más sincera personalidad.
Soñar el pasado, puede dejarte tocado, pero no es más que darte la mano, para seguir soñando en lo que no alcanzamos y hoy soñamos poder alcanzar. Yo he dejado pasar un día, he intentado meditar, qué sentido encierra, si es que algo debo hacer o debo evitar, o sencillamente seguir soñando, aceptando que algún día volveré a soñar, pues quizás esta vida es solo un sueño y que en la muerte va a despertar. Quiero seguir soñando, con lo pasado, en lo presente, en lo añorado y con lo que aún esté pendiente.
Al final, todo tiene un objetivo, encontrarse con uno mismo y con su verdad.
Felix Moratilla
Me fascinó. Felicitaciones Feliz, gracias por compartir.
Gracias a ti. Un abrazo.