El Lenguaje Gestual
Existe un lenguaje entre las personas que no es el hablado. Desde mi particular opinión, creo que existen dos tipos de lenguaje gestual.
Uno de ellos es, al que estamos más habituados, ya que solemos utilizarlo durante muchas horas al día, pues nos disfrazamos y lo utilizamos para convencer, adular, mostrando amabilidad, con el fin de despertar confianza y aceptación. Somos realmente conscientes, ya que lo utilizamos de manera racional en la persecución de nuestros objetivos.
Es evidente que no los hemos aprendido ensayando frente a un espejo, sino de verlos en los demás e imitamos aquello que creemos les da resultado a otros con respecto a nosotros mismos.
Sirva como ejemplo, aquellas personas que necesitan embaucarte ya sean comerciantes, diplomáticos, políticos, jefes, sacerdotes, etc. Tienen el claro propósito de convencer hipócritamente y no todos estamos dotados para el arte de la representación y tampoco para saber captar ese lenguaje subliminal.
Existen Especialistas en este tipo de lenguaje, psicólogos que observan y analizan estos gestos y que se han llegado a utilizar en investigaciones e interrogatorios. Estos desvelan si una persona miente o dice la verdad por esos pequeños detalles que llegamos a utilizar casi de manera automática y a veces incluso inconsciente. Se hacen perfectamente reconocibles precisamente por la necesidad de aparentar algo muy distinto a lo que de verdad escondemos. Es decir, el hecho de intentar esconder algo, utiliza un mecanismo de defensa que nos hace creer en nuestra parte más inexpugnable, siendo en la mayoría de las ocasiones esta, precisamente quien nos delata.
Siempre he sido bastante observador a la hora de establecer una conversación con alguien. Ya sea conocido o no, ese lenguaje oculto, me ofrece la oportunidad de decirme mucho más de lo que escucho. Me gusta mirar a los ojos. No siempre funciona, si la persona que tengo delante está especializada en omitir ciertos gestos, pero debo reconocer que los que se cometen de forma intencionada y racional soy capaz de desenmascararlos en multitud de ocasiones. Y tú también, si prestas la merecida atención.
Digamos que este lenguaje es el que nos hace sentir protegidos y al final es un mecanismo de defensa ante la mentira o la verdad que intentamos ocultar, demostrando nuestra falta de confianza en nosotros mismos y lo que es peor el miedo que sentimos a cualquier persona o circunstancia desconocida. Tememos mostrar lo que realmente somos, argumentándonos que de dar a conocer nuestra más sensible debilidad hará que el interlocutor nos domine.
Si lo analizamos fríamente llegaremos a la conclusión de que actuamos así por algo que nunca nos ha abandonado. El miedo, la inseguridad, los complejos de inferioridad.
Después existe el otro lenguaje gestual que es más natural, ya que carece de la racionalidad, que es espontaneo y que nace expresamente de un sentimiento o emoción. Estos son prácticamente visibles por su transparencia. Al confiar abiertamente en alguien nos olvidamos de mostrar aquellos que consideramos de autodefensa y nos dejamos llevar por la naturalidad de nuestras emociones, sin ser consciente de algo muy importante. Es en este momento cuando realmente nuestra autenticidad da muestras de ingenuidad, torpeza, vergüenza y que no es otra cosa que nuestra más auténtica personalidad. En ella está ubicada la verdadera seguridad en nosotros mismos, la sinceridad, la gratitud, la comprensión y la entrega.
Cuando nos sentimos atraídos por alguien, somos incapaces de disimular por mucho tiempo una actitud que no es real. Buscas una aproximación a la persona que ha llamado tu atención, con el fin de contrastar y valorar una gran cantidad de datos que necesitas conocer para convencerte de que existe algo especial y atrayente en esa otra persona. Entonces, desde un principio, solemos utilizar el primer lenguaje gestual, ese en el que creemos estar protegidos, el que pensamos que no deja ver lo que realmente no nos interesa que se vea.
Generalmente nos sentimos atraídos por aquellas personas que utilizan nuestros mismos gestos, nuestra misma manera de actuar y los que también, hemos reconocido de forma racional como poseedora de esos rasgos que nos agradan y que despiertan cierta atracción de origen físico, con respecto a las formas y geometrías que vemos.
Después entra en acción el juego de la seducción y que no es otra cosa que intentar agradar y gustar a la otra persona, llegar a hacerla sentir, algo lo más parecido a lo que nosotros sentimos frente a él o ella. En ocasiones da resultado, pero nuestro acierto o error, no se hace evidente hasta que somos desarmados por el sentimiento que adormece todas nuestras defensas, y que no es otro que el conocido enamoramiento. Aquí solemos perder los papeles, empezamos a mostramos realmente como somos, incapaces de fingir algo tan intenso, es cuando aparece el sentido de aceptación total por las correspondientes partes o el rechazo absoluto.
Si se despierta un Amor desde la admiración del otro y no desde nuestros intereses, si estamos hablando de gestos que hablan con la verdad. Este lenguaje lo identificamos, con una profunda mirada, desde el silencio, o desde la complicidad de conocerse mutua, fiel y profundamente.
En definitiva, creo que el lenguaje gestual lo utilizamos según nuestros requerimientos. Cuando son interesados, terminan en poco tiempo sacando a la luz su hipocresía y falsedad. En cambio, cuando lo que nos mueve es motivado por un sentimiento o emoción, quedamos desarmados y a merced de la otra persona, por vernos incapaces de fingir, ya que es insostenible no dejar salir y entregarse a algo tan intenso.
De todo esto, saco una conclusión. Las parejas que han utilizado mecanismos y gestos persuasivos e interesados no suelen durar mucho, pues han dado importancia a lo más racional. En nuestro cerebro es donde tenemos almacenados todos los parámetros, e información, cuyo principio, es en gran parte equivocado y formado por una serie de prejuicios que hemos aprendido de los demás, creyendo en ellos. Los gestos naturales y espontáneos son los que nos dan a conocer exactamente como somos, los que nos comunican realmente con aquellas personas afines a nosotros y los que nos conectan de una forma realmente extraordinaria, haciéndonos sentir ligados, unidos. Seguramente, nos acompañarán, de una u otra forma, durante mucho tiempo en nuestras vidas.
Ahora que hemos sido capaces de identificarlos, razona por un momento la siguiente pregunta, deja de leer, reflexiónala. Después puedes continuar leyendo.
¿Cuál de tus gestos estás dispuesto/a a utilizar?
Mi querido amigo/a, no debes utilizar ninguno, ya que los primeros son interesados y los segundos, en el momento en que te propongas utilizarlos, también lo serian. Recuerda que si lo que quieres es vender, comerciar o embaucar, tarde o temprano serás descubierto.
Por lo tanto, creo que debemos dejar que nuestro cuerpo, nuestra cara, nuestra mirada y nuestros gestos hablen por si solos, expresando lo que realmente somos y sentimos. No necesitamos esconder nada, sencillamente, podemos dejarnos llevar, pues reconoceremos esos gestos en los demás, de igual forma que los demás los reconocerán en nosotros. Incluso, los actores y actrices dejan escapar esos gestos a pesar de estar representando un papel, pues esencialmente son ellos, así son identificados y sentidos. Sus gestos dicen quienes realmente son y como realmente son.
Un guitarrista gesticula continuamente cuando ejecuta, al dejarse llevar por el sentimiento que el sonido y la música le hacen sentir. Dejémonos embriagar por esa magia que no está oculta, que vemos y sentimos continuamente. Seamos fieles a nosotros mismos, en cualquier circunstancia de nuestra vida, en cualquier lugar, somos lo que transmitimos al movernos y hagamos lo que hagamos. No dejemos de mostrarnos, hasta vernos reflejados en otros ojos.
Felix Moratilla
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Felix tu manera de ver y sentir la vida hace de este mundo un lugar básicamente enigmático y super interesante. Gracias. ¿Como no voy a quererte?
Genial entrada!
Es cierto que todos gesticulamos al hablar, como bien dices unos para vender, los políticos para convencer.
Sabias tus palabras⚘
https://poetasenlanoche.wordpress.com/
Me alegra saber que coincides conmigo y te aseguro que hay gestos que hablan de nosotros muchos más de lo que creemos. Cuanto más efímeros o insignificantes, cuanto más lejos de su control, más nos definen sin palabra alguna. Un abrazo y gracias por estar ahí. Siempre resulta gratificante.