Puede Que Me Entiendas

Puede Que Me Entiendas

Después de estos días reflexionemos un momento.

Cada año todo se va quedando más corto. El espíritu navideño se va transformando en otra cosa a través de los años. Al final te das cuenta de que todo empieza a resultar hipócrita y se llenan de añoranza estas fechas al recordar la ingenuidad de la niñez, la ilusión y la magia que cuando somos niños somos capaces de albergar. Si fuéramos capaces de seguir siendo igual… Si fuéramos de nuevo niños quizás todo cambiará. Sin embargo, hay mucha gente esperando detrás de las esquinas a que te manifiestes como tal y es cuando intentan aprovecharse de ese estado natural, de ese niño que llevas dentro.
Podemos ser niños, pero no idiotas, podemos tener ilusión y creer en la magia, pero no en la que nos imponen o en la que intentan hacernos creer. No es fácil ser uno mismo en los tiempos que corren, aunque tiene una ventaja. Si te haces el ingenuo descubres a much@s lumbreras. Saber identificar que con un regalo intentan comprarte, es fácil, dado el comportamiento de todo el año.
En fin vivamos por unos días tal como somos, sin hipocresías ni besos o cariños fingidos, sin regalos por compromiso o por el que dirán, y con el propósito de agradar o de ser aceptados. Dejemos que se descubran aquell@s que durante 365 días demostraron poco o nada.
Dicen que los niños solemos ser crueles, claro, ahora confundimos la crueldad con la espontaneidad de nuestros sentimientos, por esa verdad que no valoramos si duele o no. Nuestro mejor regalo es hacia nosotros mismos y eso no es ser egoísta.
Deseo que tu vida esté llena de regalos, de esos que realmente vas a valorar y en prueba de ello hoy quiero ofrecerte algo muy especial. Espero que aceptes mi amistad, es algo muy valioso para mí y confío poder estar en tu árbol, o en tu pensamiento, o en ese espíritu que nos recuerde que podemos dejar nacer a un niño en nuestro corazón.

Un beso sincero, un abrazo inmenso y mucha felicidad.

Félix Moratilla