Amor ¿Lo Conoces? – II
Creo necesario insistir en este tema, pues considero que hay mucho que decir. Sigo comprobando, de qué manera deformamos y confundimos el verdadero sentido del Amor. Estoy convencido de que muchas personas creen amar y se sienten absolutamente seguros de este sentimiento que ellos dicen y creen sentir.
Sin embargo, creo que no es así. Generalmente nos comportamos, según un patrón y nos fijamos en todo aquello que cumple un estándar establecido. Llama nuestra atención, aquello que generalmente está ligado a una serie de parámetros de belleza que se han encargado de implantarnos, dejando por tanto de percibir la auténtica.
De hecho, voy a ir incluso más lejos, intentando demostrar, que hemos empezado a perder la consciencia respecto a la forma de valorar un sentimiento tan profundo como este que hoy me ocupa. Nos están acostumbrando continuamente, a valorarlo y verlo como algo que realmente no es. Apreciamos aquello que físicamente nos atrae, aquello que realmente nos gusta, pero de ahí, a amar…
La naturaleza nos ha dotado de ese sentido, distinto en cada uno de nosotros. Cada persona tiene sus criterios o gustos y los siente desde su particular idiosincrasia. El problema es la moda que nos han impuesto, esos cánones que debemos cumplir, para estar valorados y aceptados por la sociedad. Cuando esto no sucede, cuando esos perfiles que nos muestran como perfectos, esas medidas o rasgos, no están en nosotros, luchamos desesperadamente por formar parte de ese catálogo de perfección. Entonces aparecen frustraciones, complejos, inseguridades que desencadenan, (como así está ocurriendo), en enfermedades psicológicas, capaces de llevarnos incluso a la muerte.
Esto es más serio de lo que realmente pensamos. Existen muchísimos mitos a los que los jóvenes son muy receptivos. El tamaño de pechos y penes empieza a formar parte importante entre la gran mayoría de adolescentes y resulta repugnante ver, como en cualquier programa de tv, se hacen gratuitamente comentarios al respecto de manera realmente escandalosa. Tiran por tierra lo natural y subrayan este tema como si fuera algo realmente importante o imprescindible en la pareja, en una relación, en una historia de “amor”. ¿Amor? No lo conocen.
Lamentable error social del que empezamos a ser víctimas y que, si no ponemos freno, terminaremos pagando con creces.
Ante una escasísima educación, seria, responsable, basada en el valor real de las personas y el auténtico sentido del amor y las relaciones, estamos abocados, en este sentido, al fracaso, y lo que es peor a infinidad de enfermedades mentales.
Cualquiera puede llegar a sentir una fuerte atracción hacia otra persona. Ha visto ciertas cosas en el otro/a, que despiertan una magia, un sentimiento inexplicable, pero que resulta fácil de confundir. Es normal, lógico, natural, sentirse atraído por alguien de forma intensa, pero lo que no es normal, es lo que hemos utilizado y valorado a la hora de mirar. El encapricharse de alguien, el desear sexualmente a alguien, es como desear adquirir un automóvil o cualquier otro producto y creemos amar a ese objeto.
No importa si es, o no, engreída/a, no importa si es, o no, inteligente, no importan sus prioridades más elementales, no importa si carece de una educación capaz de sobrevivir y reaccionar como se debe ante cualquier circunstancia de la vida. No importan infinidad de cosas realmente necesarias y valiosas, a la hora de ser y comportarse como personas dignas de ser verdaderamente amadas y respetadas. Lo único que importa es que tenga un físico, un cuerpo de anuncio, lo demás da exactamente igual.
De ahí que cuando creemos tener una relación, nos llevemos tantas sorpresas y decepciones. No estamos con alguien por lo que mutuamente nos aporta a nivel afectivo, estamos con un objeto que hemos elegido en un escaparate que da a la gran avenida. Que cumple esos cánones de belleza que nos han vendido y nosotros terminamos catalogando y haciendo nuestros. Realmente no nos interesa demasiado conocer y respetar a la persona, la respetamos a partir de su imagen y de lo que significa para nosotros.
Pasear del brazo, o exhibirse junto a un individuo cuyas características ha proclamado la sociedad de perfectas, prima ante todo lo demás. Entonces, creemos ser felices junto a esa persona, sin ser conscientes de que estas únicamente alimentando a ese EGO que necesita gritar y enseñar aquello que tienes, tanto tú, como la persona que crees poseer.
¿Qué puedes esperar de algo así?
Pero lo que riza el rizo es escuchar que amas a esa persona, metes el sentimiento de Amor, en tu particular paranoia y no te das cuenta, no eres consciente de estar atrapado en ti mismo y consideras amor a aquello que es capaz de suministrar el suficiente prestigio y admiración a un solo ser. A ti mismo., tomando como referencia a todos los que piensan y creen lo mismo que tú.
Realmente solo te amas a ti de forma desmesurada, de manera absolutamente egocéntrica. Por lo tanto, estas confundiendo el verdadero sentido del Amor. No amas, te amas sobre todas las cosas.
Cuando pierdes aquello que crees te subió a la cumbre, aquello que te hizo sentir importante, sufres y te sientes aun peor que si hubieras perdido la cartera llena de billetes. Aparecen los famosos “celos,” solo al pensar que pudieras perderla y haces responsable de tu sufrimiento a lo que conoces como Amor.
Se consciente. Al menos ten en cuenta estas palabras. Cuando llegues a cierta edad, comprobarás y serás capaz de valorar lo realmente autentico e importante, si es que no has sucumbido, al dejarte llevar por las apariencias de una moda basada en un estudiado marketing, al convertirte en un producto más.
El Amor, no es eso que te han hecho creer.
Recuerdo un cuento, que a más de uno podrá parecerle cursi, sin embargo es una clara reflexión sobre este sentimiento mal valorado. Su autor desconocido, refleja fielmente el verdadero sentido.
— Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó: Maestra… ¿qué es el amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta que había formulado. Como ya estaban en la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la maestra les dijo:
Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado.
El primer alumno respondió:
-Yo traje esta flor… ¿no es bonita?
A continuación, otro alumno dijo:
-Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es gracioso?
Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían recogido en el patio.
Cuando terminaron, la maestra advirtió que una de las niñas no había traído nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que enseñar.
La maestra se dirigió a ella:
-Muy bien, ¿y tú?, ¿no has encontrado nada que puedas amar?
La criatura, tímidamente, respondió:
-Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla, pero preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté coger ninguna. Vi también al pichoncito en su nido, pero…, al subir al árbol, noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí…
Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo enseñaros lo que he traído?
La maestra le dio las gracias a la alumna y emocionada le dijo que había sido la única en advertir que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo llevamos en el corazón. El amor es algo que se siente. Hay que tener sensibilidad para vivirlo. —
Resulta realmente enriquecedor reflexionar sobre este cuento. Pero si aun consideráis que esto no va con vosotros, que es una cursilería, o algo parecido, dejadme deciros algo que tampoco habréis llegado a plantearos y que sin embargo es real, aunque así no lo consideréis. Para este fin pongo ante vosotros una nueva forma de verlo. Es un escrito Anónimo, pero que hoy necesito destacar, para terminar con sus palabras y con su eco. Dice así;
Mucho se ha hablado sobre el amor, y mucho se ha distorsionado el verdadero sentido de este sentimiento. Quizás si reflexionamos sobre lo que realmente no es amor, seremos capaces de entender qué es lo que realmente sentimos por aquellas personas a las que decimos amar.
Si necesitas alguien para ser feliz, eso no es amor. Es carencia.
Si tienes celos, inseguridad y haces cualquier cosa para mantener a alguien a tu lado, aún sabiendo que no eres amado. Si dices que crees en esa persona, pero no en los otros, que te parecen rivales, eso no es amor. Es falta de autoestima.
Si crees que tu vida queda vacía sin esa persona; no consigues imaginarte solo y mantienes una relación que se acabó sólo porque no tienes vida propia, eso no es amor. Es dependencia.
Si piensas que el ser amado te pertenece; te sientes dueño y señor de su vida y de su cuerpo; no le das la oportunidad de expresarse, de decidirse, sólo para afirmar tu dominio, eso no es amor. Es egoísmo.
Si no lo deseas; no te realizas como hombre o mujer con esta persona; prefieres no tener relaciones íntimas con esa persona, sin embargo, sientes algún placer en estar a su lado, eso no es amor. Es Amistad.
Si discuten por cualquier motivo; se mueren de celos uno del otro; no siempre hacen los mismos planes; les falta acuerdo en diversas situaciones; no les gusta hacer las mismas cosas o ir a los mismos lugares, pero hay un deseo de estar íntimamente juntos, eso no es amor. Es Deseo.
Si tu corazón late más fuerte; el sudor se pone intenso, tu temperatura sube y baja vertiginosamente, sólo en pensar en la otra persona, eso no es amor.
Es Pasión.
Ahora, que ya sabes lo que no es amor, es más fácil analizar, lo que pasa contigo y procurar resolver la situación o programarse para atraer a alguien por quien sientas afecto, respeto, y el deseo de que sea y hacerla feliz; y que este alguien también sienta lo mismo por tí, para que puedan construir una relación equilibrada, donde solo exista un verdadero y eterno AMOR.
Felix Moratilla
Este blog también puedes seguirlo en facebook
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Que tan poco se conoce sobre el amor. Gracias C. TQ.
TQ 🙂
Una descripción acertada de lo que es Amor. Buena semana.
Igualmente y gracias.
Totalmente de acuerdo con tu post.. Hay que saber diferenciar lo que es Querer de lo que es Amar… Lo primero es deseo de tener en propiedad, lo segundo es entrega, respeto, libertad, conexión espiritual, quedarte sin palabras cuando piensas en esa persona e intentas describir todo lo que sientes 🙂
Así lo creo. Me alegra que estemos de acuerdo. Un abrazo y muchas gracias