Amor y Celos II
Hola amigos; hoy quisiera volver a tocar un tema que es bastante delicado. Digo “volver” porque está entrada esta publicada desde hace años en este blog, pero entonces no tenía la resonancia de ahora. Siento la necesidad de hablar de ello porque últimamente, algunos de mis conocidos y amigos están siendo víctimas de este mal.
Evidentemente es mi opinión personal y no esta basada en ningún estudio psicológico y mucho menos avalada por ninguna Universidad de renombre. Es sencillamente mi manera de verlo. Intentaré matizar en las conclusiones que sobre este tema he sacado, pues aunque no me ha afectado personalmente, cuento con el testimonio y las experiencias vividas por conocidos y lo poco que he podido leer sobre el tema.
Desde mi punto de vista, los celos, están arraigados a nosotros desde que somos niños. Cuando siendo padres descubrimos que al tener un segundo hijo se provoca entre ellos una guerra de liderazgo, o de necesidad entre ambos de ser el único a la vista de sus padres.
Es lógico que el primero acostumbrado a recibir todas las atenciones, los cuidados, regalos, se crea el centro de atención. Cuando llega un hermano las tareas de los padres se reparten, pero nuestro cariño es prácticamente igual para ambos. Ciertamente, el más pequeño va a necesitar más atención, puesto que el más desarrollado ha aprendido y sabe manejarse mejor. Pero él no recuerda, ni es consciente de que también fue atendido como lo está siendo su indefenso hermano menor. Nuestro comportamiento como padres es normal, dependiendo de las respectivas necesidades de cada cual.asi nos implicamos.
Esta diferencia crece en el primogénito, y cree haber perdido todo lo que antes tenia. Yo llamaría a esto la primera manifestación de envidia del ser humano, lo que le mueve a la rivalidad utilizando medios que llamen la atención de los padres. Cambian su comportamiento para llamar la atención que cree no tener, convirtiéndose en un pequeño revoltoso y rebelde. Sabe que de esta forma acapara la atención aunque sea para enfadar a sus progenitores. También aprende a utilizar todos los medios a su alcance, que saben dan resultado a la hora de ser atendidos, hasta el punto de fingir enfermedades o autolesionarse.
Bien, desde pequeños hemos desarrollado un modo de asegurarnos el amor y la atención. Me atrevería a decir que es algo casi natural en nuestra especie, como lo es en todas las demás del reino animal con otra serie de matices. Puede parecer inapropiada la comparación, pero no olvidemos que se trata de supervivencia, de mantener viva la especie. Este comportamiento es innato en cada uno de nosotros, pero afortunadamente a medida que la mente y el razonamiento crecen, nos vamos dando cuenta de que debemos cambiar ciertas cosas que creíamos necesarias y terminamos convenciendonos de que realmente no lo son.
Sin embargo ese gen o virus, o como queráis llamarlo, sigue latente en nuestro instinto más primario, a pesar de haberle calmado a través de la razón. A lo largo de nuestra vida aparecerá una y otra vez, ya sea por destacar en el colegio, o en la universidad o en el trabajo. Va a depender de cada individuo la forma en que canalice y termine actuando, condicionado por la mayor o menor seguridad en si mismo, a la hora de enfrentarse a los innumerables obstáculos a los que la propia vida nos somete. Empieza a forjarse nuestra personalidad y de esta, vamos a depender, si hemos sabido razonar de forma correcta ante cualquier acontecimiento que surja en nosotros y despierte aquella antigua necesidad de atención.
Estas situaciones van fortaleciendo o disminuyendo nuestro mas arraigado perfil como seres humanos y no olvidemos que si algo nos diferencia de los animales, es precisamente la capacidad de razonar.
De estas experiencias aprenderemos a actuar en consecuencia y en la medida que realmente necesite cada situación. Empezaremos a reactivar la aceptación sobre y desde nosotros mismos, determinando que tipo de hombre, o de mujer seremos, al vernos obligados por ser mas conscientes de valorar nuestra verdadera autoestima.
No debemos olvidar, que nos enseñaron que demostrar celos, aparenta ante los demás que amamos a alguien como nadie ha amado, y aun en nuestros días, veo en la juventud, con tristeza e incredulidad, de que forma siguen fortaleciendo esta creencia. Sin duda vivimos una realidad confundida, equivocada porque está basada en las modas que desgraciadamente crecen en la actualidad. No dejamos de imitar, lo que hacen unos lo hacen los demás, como si estuvieran obligados a seguir comportándose de determinada manera. No es otra cosa que intentar conquistar la aprobación de esa mayoría ciega y confundida.
Considero que esta es la clave de los celos. La autoestima termina cimentando nuestra verdadera seguridad y esta seguridad va a ser determinante el resto de nuestra vida. Tenemos que creer realmente que somos autosuficientes, que no necesitamos hacer nada para ser aceptados y llegar a concebir la idea de que quien está a nuestro lado, (ya sea amigo/a, o amante), es porque realmente te acepta como eres y admite tus errores tal como acepta y es consciente de los suyos.
Una persona que ha valorado correctamente sus necesidades e inquietudes, que sabe lo que quiere y lo que espera, o no espera de los demás, es una persona segura de si misma y en la que no va a tener cabida ningún tipo de comportamiento erróneo con respecto a la convivencia diaria con sus semejantes. No puedo dejar de mencionar que también nos han ayudado mucho esas situaciones vividas anteriormente y que nos han dado resultado a la hora de conseguir algo.
Todos hemos crecido con un patrón equivocado y que desde la mejor intención, nuestros padres, familiares y amigos nos han inculcado, utilizando las mismas herramientas que utilizaron con ellos. En nada hemos evolucionado entonces. Vamos repitiendo patrones generación tras generación y eso tiene una relevada importancia. Hemos aprendido bien la trama de la oferta y la demanda, a vender y complacer para adquirir aprobación.
“Si te lo comes todo te dejare ver los dibujos”, “si te portas bien, (como quieren los demás) te compro la bicicleta”.
Estas situaciones las hemos vivido todos y queramos o no, están ahí presentes a la hora de afrontar cualquier situación con la que pretendemos conseguir algo. Desde pequeños nos han enseñado a mercadear con los sentimientos, a ser manipulados y coaccionados, haciendo de nosotros lo que somos, seres con mas o menos egocentrismo.
Por lo tanto llegados a este punto, puedo decir que los celos necesitan egocentrismo como caldo de cultivo y una gran carencia de autoestima.
La autoestima es seguridad, cariño y respeto por uno mismo y los demás, y el egocentrismo es inseguridad encaminada al egoísmo y una necesidad de hacerse notar para sentirse mejor, por lo que este es clara señal de la falta de autoestima.
En cualquiera de los ámbitos que se den los celos, resultan dañinos y destructivos para uno mismo y para todo su entorno.
Centrándonos ahora en los mas conocidos o habituales voy a intentar sacar a flote los de pareja.
En este campo existe el ingrediente para el que también hemos sido concebidos (la supervivencia de la especie) y como tal sentimos una gran necesidad de copular para no extinguirnos.
En muchísimas ocasiones esta fuerte necesidad nos involucra demasiado haciéndonos confundir y creer que necesitamos a esa persona para sentirnos bien, cuando en realidad estamos alimentando a nuestro ego por hacerle creer que poseer ese bien, te hace sentir superior y además dueño y señor de la persona que te facilita llegar a ese estado.
Es fácil ahora confundir el deseo y la pasión sexual con el autentico sentimiento de amor.
Esto empieza a enredarse cada vez más.
Hablemos del amor. En realidad es un sentimiento que hemos terminado desvirtualizando. No es exactamente lo que la mayoría imagina. Precisamente, el hecho de desconocer su verdadero sentido es un ingrediente más en la coctelera de las relaciones.
Si valoramos este sentimiento de forma real, no habría lugar para los celos. En principio el verdadero amor se basa en dar libertad y no al contrario. Nadie es poseedor de nadie, nadie pertenece a nadie, somos absolutamente independientes, pues el amor se da en la medida que necesitas darle, según los auténticos sentimientos hacia la otra persona, pero no podemos pretender que recibamos de igual forma, pues cada uno es dueño de sus sentimientos y estos los demostramos de diferentes formas, según nuestra idiosincrasia.
Es un error manifiesto creer que a quien amas te pertenece solo por el hecho de amarla. De igual forma, dar rienda suelta a esos sentimientos a través del acto sexual, y como complemento a esa pasión desmesurada, no te da derecho a nada y tampoco estás firmando ningún documento de pertenencia, como si fuera una más de las que posees.
Ciertamente, es un momento donde dos personas se entregan el uno al otro compartiendo pasión, deseo y amor, pero cuidado, que he dicho compartiendo. Error descomunal pensar que al entregarte a otra persona y darle placer estés entregándote como persona o Ser, terminando siendo propiedad del otro.
No olvidemos nunca que esto es algo en el que están involucradas dos personas y no solo una. Por tanto es de vital importancia tener este dato en cuenta. El verdadero valor del AMOR como sentimiento, radica en que es absolutamente incondicional y tanto debería ser así, que el que de verdad lo siente como debe, está dispuesto a darlo todo a cambio de nada.
Pero si eso que llaman amor es el compromiso de tener determinado comportamiento para conseguir la aceptación del otro y sus favores, estamos volviendo a alimentar al EGO, es decir, todo lo hacemos a cambio de satisfacer aquello que creemos necesitar para sentirnos bien y conseguir lo que queremos. El ego, es insaciable y si no determinamos su actuación acabará con nosotros mismos, ya que cada vez necesita más.
Teniendo claras las bases del verdadero sentimiento, no hay lugar para nada más, no existe egoísmo y mucho menos control sobre la otra persona.
Somos personas diferentes, independientes a la hora de trabajar, comer, dormir, soñar. Tenemos distintas expectativas respecto a lo que vivimos y sentimos y si permanecemos juntos y unidos, si compartimos una vida y formamos una familia es para que todo eso nos llene de satisfacción, al dar siempre a la otra persona todo lo que quieras darle desde tus sentimientos , tanto si lo necesita, como si no.
El amor, mis queridos amigos, es dar, y solo dar, No hagamos de él lo que estamos haciendo, mercadeo de sentimientos e intereses propios en busca de nuestra única satisfacción personal, llegando a creer ser dueños de otro. Coaccionar, manipular, condicionar sentimientos nos entierra vivos. De ahí, la comúnmente conocida decepción.
La decepción aparece cuando hemos idealizado algo o a alguien esperando de esa persona lo que nosotros ya habíamos predeterminado. Nos habíamos hecho ilusiones de que fuera a tu medida, de que llenara tus expectativas, pero date cuenta de que estamos hablando de lo que tu, yo deseábamos, para nada tenemos en cuenta al otro. Por tanto, no es culpa del otro. En si misma, la decepción es solo consecuencia de nuestra idealización previa, es decir prejuicio.
Ciertamente puedes sorprenderte con alguien que creías era de determinada manera y ha resultado según tu idea que no era así, pero el que se equivoco no fue el otro, sino tu, por valorar o hacerte ideas que no estaban probadas. El convivir día a día te ayuda a conocer mas profundamente a esa persona y tus sentimientos podrán o no cambiar dependiendo de la valoración que le estés dando a esa convivencia, respecto a la consideración que tienes hacia tu pareja. Si no eres feliz, porque la otra persona no te quiere como esperabas, si no cumple con lo que esperabas, la relación termina por agotarse y no digamos si las diferencias salen a flote y empiezan a ser utilizadas como reproches y justificaciones a nuestros comportamientos. Se convierte entonces en una relación imposible y destinada al fracaso.
Esto que catalogo como fracaso, no es más que la carencia de un amor real que hubiera determinado una comprensión sin igual, lejos de cánones, intereses o necesidades. Al dejar morir el amor, muere todo a su alrededor, menos el que sientes hacia ti mismo de forma desmesurada e interesada. Podéis o no estar de acuerdo conmigo, pero EL AMOR VERDADERO es la base de toda nuestra vida. Sin El, el orgullo, la prepotencia, el egoísmo, la intolerancia, la incomprensión, la inseguridad, serán los dueños de tu vida.
Volviendo a los celos, debo entonces deducir que aparecen cuando en la ausencia de amor real hacia la otra persona, se ha apoderado de nosotros el amor interesado a nosotros mismos. La inseguridad que sentimos, el pensar que va a aparecer otra persona mas guapa, mas sexi, mas hermosa, mas de todo que tu, no es mas que complejo de inferioridad.
Puedes estar sufriendo este complejo de forma no consciente y sin embargo estar minando tu vida hasta el punto de hacerte enfermar psicológicamente. Imaginando, inspeccionado, controlando lo que consideras tuyo y que temes perder por otra persona que consideras mejor que tu.
No voy a dejar pasar algo que evidentemente marca y ha marcado nuestra forma de ser y de pensar, y que como dije al principio no son más que esas costumbres e infundados prejuicios a los que hemos dado lugar en nuestra vida, por no ser capaces de responder a tiempo y romper aquellos moldes establecidos desde hace muchos siglos y que han llegado a nosotros en forma de tradición o sencillamente forman parte de nuestra cultura.
Tenemos que reaccionar ante ellos como una amenaza constante en el momento en que somos conscientes de que están coartando nuestra libertad a la hora de ser nosotros mismos.
Porque veamos ahora de que forma valoraríamos los celos desde otra cultura distinta a la nuestra. Todos conocéis que existen otro tipo de formas de vida y convivencia en el mundo. Si, nos ha tocado vivir en esta, en la nuestra, pero ¿si hubiéramos nacido en un país donde un hombre puede tener varias mujeres? ¿En otras donde el hombre ofrece a su compañera, como el mejor de sus regalos al que ha venido a visitarlo en muestra de gratitud y afecto?
Nos parece una aberración, pero es su cultura, claro, y sin embargo no conciben los celos al nivel que nosotros. Creo que deberíamos recapacitar sobre esto.
Estamos realmente condicionados por una cultura que hemos alimentado nosotros y que dista mucho de nuestra verdadera naturaleza y libertad. Pensadlo, y sentiréis la necesidad de romper ciertos moldes muy arraigados a nosotros.
Que decir de la mujer promiscua, que sigue siendo valorada de distinta forma que el hombre. Que decir de muchas otras cosas que nos caracterizan por no saber responder a nuestro estimulo mas real y que no es otro que respetar el hecho de que cada uno haga lo que quiera sin que con ello lastime a nadie. Creo que esto tiene mas miga de la que yo pueda introducir en este extenso articulo. Lo dejo para vosotros, pues para cada uno todo esto debe tener un sentido, una explicación, como seres evidentemente independientes.
No pretendo crear cátedra, es una opinión mía y por tanto, al menos asi intento vivir, siendo fiel a mi mismo, porque a nosotros mismos somos incapaces de engañarnos. Salvo que nuestro mal haya llegado demasiado lejos y nos haya perturbado hasta el punto de perjudicarnos emocional y psicológicamente. Busquemos ayuda si creemos estar en esta situación.
Por último quisiera exponer un ejemplo o símil que deberíamos acatar como salud para nuestra relación y evitar así la aparición de los denominados celos.
El símbolo de el compromiso matrimonial, son dos anillos. Entrelacemos esos dos anillos de la misma forma que los aros olímpicos. En esta posición, los dos anillos dibujan dos aros superpuestos. El lugar central que aparece entre estos dos aros, es la parte que toda pareja debe compartir, lo demás, los lugares que quedan libres a ambas partes corresponden a cada una de las dos personas. Lo ideal es que se superpongan, mas o menos alrededor de un 40 por ciento en la parte que se comparte, el resto de los lados forma la parte correspondiente a la integridad y libertad de cada uno. Cuanto mas se cierren los círculos menor capacidad de movimiento para ambos y mucho mas que compartir entre ambos. Cada persona necesita sus espacios, sus momentos, su manera de encontrarse consigo mismo. Acaparar el tiempo, y las acciones del otro terminan por hacer solo un circulo y cuanto mas se acerquen, mas posibilidad hay de que efectivamente solo quede uno, Tú, ella o él..
Otro simbolismo claro, es el vuelo de una cometa. Todos sabemos que para volar una cometa necesitamos tres cosas, además, claro está, la propia cometa. Viento, hilo y resistencia. Para que el amor (cometa) permanezca en vuelo, hay que darle hilo, cuanto mas mejor (Libertad), pero solo con darle hilo no volará si no sujetamos y equilibramos el tiro con la resistencia con el que el viento intenta tirar hacia arriba. Es decir necesitamos mantener el hilo tenso (comprensión) y la resistencia de nuestro hilo, junto con la velocidad con la que tira el viento (Personalidad y deseo de libertad) harán que nuestra cometa (amor) vuele tan alto como queramos.
Resumiendo e intentando dejar una idea mas concentrada. La falta de confianza en nosotros mismos desencadena en “complejo de inferioridad” y por tanto falta de “autoestima”, que a su vez degenera en “egocentrismo” puro y duro. Estos ingredientes junto con la falta de “Amor verdadero”, dan lugar a los “celos” y a muchos otros desordenes mentales y sufrimientos relacionados con la convivencia. Ha quedado demostrado que incluso llegar a matar. “Tu eres mi@ y solo mi@”. “Me perteneces y si no eres para mi, no serás para nadie”.
Esto no es ciencia ficción. Desgraciadamente sufrimos de forma habitual la realidad de multitud de casos de violencia de genero.
Machismo, ya que en la mayoría de ocasiones, es el hombre el que tiene una idea equivocada de sus deberes y obligaciones. De su complejo de inferioridad, por creer que no llena las expectativas de si mismo ante los demás, surge una violencia cruel y claramente justificada por la necesidad de sentirse superior, maltratando, humillando e incluso matando. Una cobardía tal, que es digna de hacerme sentir vergüenza ajena.
Romper los moldes adquiridos desde pequeños y que son la base del comportamiento de nuestros antecesores, nos ayudará a ser mas libres. Romper los cánones establecidos por viejos prejuicios, nos van a aportan una forma de vivir y de sentir muy diferente a la que hasta ahora habíamos conocido, descubriendo en nosotros un sinfín de maravillosas cualidades que no hemos explotado ni utilizado nunca. Comparte la parte que debes compartir y busca tu espacio mientras tu se lo das a tu pareja con la confianza y la seguridad que hasta ahora te ha faltado. Somos seres sociables pero independientes a la hora de sentir, valorar y demostrar los sentimientos.
Descubrirse realmente a uno mismo forma parte de nuestra responsabilidad , para con nosotros y para con la sociedad, haciéndola mas civilizada y respetuosa. Hagámonos cargo de sentir y de vivir como merecemos, porque la felicidad esta en nosotros y no la encontraremos en los demás. Aprendamos a estar por encima de las circunstancias y todo lo demás llegará a nosotros sin esperarlo. Rodéate de serenidad y encontraras la paz. Sumérgete en tu interior y descubrirás un universo dentro de ti absolutamente colmado de AMOR.
Nunca olvides que “Los celos equivalen a la ira y la impotencia proveniente de haber sufrido o sospechar que se va a sufrir un robo; es decir, se generan a partir de un sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad y por un acto de propiedad. El que ama no puede ser inseguro y menos considerar que la otra persona le pertenece.
El amor nace de la libertad; los celos de la posesión”.
Espero que esta personal opinión ayude, pero que cada uno saque sus propias conclusiones, exactamente igual que he hecho yo. Si necesitáis preguntar, o contrastar, o exponer vuestro punto de vista estoy abierto a cualquier idea. pues todo es una oportunidad para seguir aprendiendo. Muchas gracias por leerme.
Felix Moratilla
Hola Félix.
Es la primera vez que comento su post, y de hecho me ha venido en un momento justo.
Cuando empecé a leer, me dije esto viene para hablar sobre la llamada “libertad”, y así lo entendí más tarde.
Desde el punto de un hombre, todo parece tan simple y sencillo…
Me defino como una persona celosa, no al extremo, pero sí me he sentido muy mal, en muchas ocasiones, sin decirlo, para evitar que me tilden de “celosa”, pero viendo como la otra persona, incluso la involucrada, (una tercera), lo disfrutan.
En las parejas, cuando al hombre le molesta que su mujer hable con otro, automáticamente, una deja de hacerlo, a lo mejor no debería, pero lo hace, porque le importa más el bienestar de su chico, que lo que pueda conversar con otro.
Sin embargo, el hombre cuando necesita entablar relaciones ya sea de amistad u otra índole, con otra mujer, lo más probable que encuentre a una que esté dispuesta, que las hay, se enfade porque a una le molesta.
Mi preocupación, desde ése punto de vista, siempre ha sido la de cómo actuar frente a una situación de así.
No me puedo enfadar, por lo dicho antes, y como mujer, tampoco puedo permitir que se me ponga en un sitio inferior al que me corresponde.
Desde el punto de vista de un hombre, cómo debería actuar yo, hoy?
Soy una mujer educada, que no genera discusiones, bonita, no me siento para nada menos ni mas que nadie, pero me molesta tener que ceder, por la cierta “libertad” que hay que darle al otro.
Básicamente esa es mi historia, y solo deseo una opinión, si fuera posible.
Gracias.
Saludos y muy buenos post.
Estaría encantado de poder darte esa opinión que necesitas, aunque entiendo que no es el lugar. No obstante todo es mucho más sencillo de lo que piensas. Nacemos y desde entonces estamos sometidos a un tipo de educación, a una religión, a la cultura de un país y sus costumbres y según vamos creciendo vamos construyendo los barrotes de esa jaula de oro en la que terminamos viviendo, sin ser conscientes de la libertad que todo ser merece y tiene si se olvida de los prejuicios y de las modas o costumbres establecidas. Hay varias entradas en este blog que pueden ayudarte a entender en que forma necesitamos romper los cimientos en los que nos hemos estado apoyando hasta ahora, pues te aseguro que están caducados. Despertar en ti, es saber realmente quien eres con respecto a los demás seres y con respecto a ti misma.
No olvides que los apegos, los celos forman parte de nuestra inseguridad, de no creer en nosotros mismos y en creer que necesitamos a otra persona para ser felices. Somos autosuficientes. Si deseas hablar este tema de forma más discreta puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi correo electronico y pondré toda mi experiencia a tu disposición. (ffelixm61@hotmail.com)
Por cierto, empieza a ver todo lo que ves desde otro aspecto distinto y empieza por olvidarte de encasillar a una mujer o a un hombre.
Aquí todos somos iguales y aunque durante muchos años la sociedad machista ha creado ciertos paradigmas, tenemos la obligación de romperlos. Hombre y mujer tienen la obligación de conocer y entender por fin lo que significa el amor y el entendimiento en una pareja. Da igual su inclinación sexual.
Un beso y gracias por atreverte a comentar. Cuídate y se libre para siempre.
Le agradezco inmensamente sus palabras.
Si, estoy consciente de que no es el lugar, pero ya lo había escrito.
Luego pensé que tal vez alguien más, podría sentir parecido a mi, y a lo mejor le sirva mi punto para llegar a una buena reflexión.
Tiene razón en como lo plantea, y voy a tratar de integrar el concepto a mi diario vivir
Todo empieza por practicar mi propia libertad…
A lo mejor me faltaba comunicarlo…
Seguiré leyendo.
Un abrazo para usted y de nuevo gracias!
Un placer tenerte por aquí y gracias a ti.
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Fascinante como siempre. Gracias Felix. TQ
Gracias. TQ
👍