Carta Al Silencio
Hola Silencio:
Hoy te quiero dirigir mi carta, para romper esta mordaza que tú siempre impones.
Es cierto que a veces te haces necesario en medio de tanto bullicio y tanta palabrería carente de contenido.
A veces llegas o te buscamos, para tener ese rato de reflexión o de tranquilidad que todos necesitamos y que nos permites, desde tu mudez, saborear la tranquilidad de un momento especial. En esos ratos, Silencio amigo, tú eres sinónimo de paz.
Pero no siempre te presentas así. Tú también acompañas muchas veces (demasiadas, diría yo) a tu amiga la soledad y entonces, clavas tus uñas en nuestra alma y ahogas nuestros gritos mudos y paralizados.En esos momentos eres cruel y dañino.
Pero quiero resaltar otra forma más cruel –si cabe- de tu presencia, Silencio. Es el Silencio cómplice que engendra amargura.
El silencio de quien te ignora y te desprecia porque te utiliza como “castigo”. Ese Silencio que a veces adoptan las personas queridas y que por ello nos causan más daño.
Y tú, ahogas mis gritos mudos y gélidos. Congelas mis palabras con el frío helado de la indiferencia.
Sabes Silencio, que puedes hacer mucho más daño que la palabra, que el insulto incluso. Porque cuando alguien te insulta, al menos te hace sentir mal, pero te hace reflexionar o te da la posibilidad de réplica.
En cambio, cuando te conviertes en mudo interlocutor, vacío de palabras, de gestos, de expresiones, logras secar las gotas de rocío que riegan las flores de la ilusión. Y las secas, las secas por dentro. Agrietas el corazón y el alma sedienta de palabras.
Hoy quiero pedirte, Silencio, que no llegues a mí. Que me permitas alzar mi voz y conservar mi palabra. Que no atenaces nunca, nunca más mi garganta, ni la voz de las personas a las que quiero, porque haces demasiado daño.
Porque cuando tú te impones desaparece la comunicación y llega de tu mano la soledad más dura y cruel.
Solo me resta pedir un acto de rebeldía ante ti. Pedir que seamos más locuaces, más pródigos en palabras amables y sencillas.
Que regalemos palabras y sonrisas como se regalan flores por amor o amistad.
Que no seas nunca más sinónimo de desprecio.
Que acudas solo cuando te busquemos, cuando te necesitemos. Porque entonces eres fructífero y gratificante, porque nos enseñas y nos ayudas a escuchar, a aprender, a reflexionar serenamente.
Pero por favor Silencio, amigo, retírate discreto cuando necesite la palabra.
Déjala que fluya, como un manantial de aguas cristalinas, porque ellas pueden calmar la sed de palabras de muchas almas solitarias.
Un beso
Carretero
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad
William Shakespeare
A veces, la indiferencia y la frialdad hacen más daño que la aversión declarada
J. K. Rowling
No hay nada más duro que la suavidad de la indiferencia
Juan Montalvo
¡La fuerza de la indiferencia! es la que permitió a las piedras perdurar inmutables durante millones de años
Cesare Pavese
Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte
Elie Wiesel
El peor pecado para con nuestras criaturas amigas, no es el odiarlas, sino ser indiferentes con ellas, esa es la esencia de la inhumanidad
George Bernard Shaw
No creo haber pagado a nadie con la indifernecia y el silencio sin darles antes una explicación. Felix
Me gusto leerte… me gusta como piensas…lo que haces, espero de verdad volver para leer mas y seguir conociendote.
Es para mi un placer saber que estas palabras llegan. Mi agradecimiento mas sincero y un abrazo enorme.
Muchisimas gracias por este texto…
Pat
No hay peor castigo que la indiferencia no se lo deseo ni a mi peor enemigo.
Saludos
Hola Felix.
¿Sabes?, leer algo que remueva mis pensamientos siempre es agradable.
En este caso me ha gustado mucho la carta y por eso me permito compartir mi forma de comprender el silencio.
Veras, yo soy alguien rodeado de ruido; ruido en la compañía, en la soledad, en el trabajo, en mi vida social… ruido por todas partes, mucho ruido. Es por eso que cuando el silencio me llama me cuesta frenar la inercia de la vorágine ruidosa que conforma mi rutina diaria.
Aun así, y confesada mi debilidad, las veces que consigo invitar a entrar en mi casa al silencio he de decir que son ocasiones memorables. Ciertamente, como bien apuntas, el silencio intimo es el compañero ideal de la reflexión y la mejor ayuda para el aprendizaje.
Comparto contigo la opinión sobre el dolor que la cruz de este compañero de viaje esporádico nos puede hacer, la pupa del silencio no deseado, el silencio provocador, el silencio de la indiferencia… si, ese silencio duele, cierto. Y al leerte he pensado, y como no podía ser de otra manera han empezado las preguntas:
¿No es el silencio el mismo?, y si es el mismo, ¿Porque unas veces duele y otras no?.
¿Es la forma en la que utilizamos y/o comprendemos el silencio la que le imbuye de propiedades agradables o dolorosas?, y si es así, ¿debemos buscar la responsabilidad de lo que nos produce el silencio en cada circunstancia en él o en nosotros/quien lo utilice?… Y así hasta que he parado, porque cuando empiezo es un continuo.
Creo que en muchas ocasiones hacemos con el silencio lo mismo que con el resto de circunstancias, sentimientos, etc. Le cargamos de voluntad. Dimitimos de vivir los movimientos interiores que nos provoca por las razones que sea, incomodidad, miedo, dejadez… y volcamos nuestra ausencia en su presencia con frases como “el que él/ella me ignore me duele”, “me mata que no me conteste”, etc.
Bajo mi punto de vista con esto solo conseguimos apartar momentáneamente de nosotros el hecho de que lo que me hace daño no es el silencio en si mismo, lo que me hace daño es que tal o cual persona sea la que lo utiliza porque ese no es mi deseo.
El silencio y la soledad siempre van de la mano, pero eso no significa que haya que estar solo para disfrutar del silencio. Esto lo estoy aprendiendo ahora (después de chorrocientos años paseando por este “valle de lagrimas”) de una gran persona con la que he coincidido en esta etapa de mi vida, y ambos son imprescindibles para crecer, para madurar, para aprender, ya que estas acciones son individuales.
Esta claro que nada que no sea deseado es agradable y ni la soledad ni el silencio se escapan a esto, pero lo que nos hace sufrir no son ellos en si mismos, sino el deseo frustrado de tenerlos o no tenerlos.
Y ya termino que me alargo, echo de menos un refrán en el glosario de frases, “somos esclavos de nuestras palabras y libres en nuestros silencios”.
Un gran abrazo y gracias por este rato tan agradable de soledad en tu compañía.
Wolfman
Te entiendo prefectamente. Cada uno tiene su forma de vivir el silencio y valora a este desde aquel acontecimiento que lo vive. Gracias por tu extenso comentario y gracias por compartir conmigo tu reflexion de manera tan personal. Un abrazo amigo.
Si el silencio golpea fuerte , la indiferencia mucho más .
Es muy fuerte lo que escribes amigo.
Un abrazo de esos que quitan las tristezas del corazón . https://dub110.afx.ms/att/GetInline.aspx?messageid=b2489dc1-f5fd-11e3-9c1a-002264c19372&attindex=0&cp=-1&attdepth=0&imgsrc=cid:inlineImage0&cid=4b60833baebb12b9&shared=1&hm__login=pepiblaki&hm__domain=hotmail.com&ip=10.211.20.8&d=d4669&mf=0&hm__ts=Tue%2c%2017%20Jun%202014%2008:59:42%20GMT&st=pepiblaki&hm__ha=01_bd4f7aa1bc2d132bf0ed390a36ab0ba72d953889d623890ef75ea7e0cedbe3b5&oneredir=1
Forma parte de este mundo y de la vida, y ésta contine tmabien ciertas partes de soledad, indiferencia y dolor.Gracias por comentar. Un beso Melani
Hace años escrbí una carta a mi “amiga” Soledad, dicciéndole que nadie la quería y nombrándole todos los adjetivos por los cuales la llamaban, yo le decia que muchas veces fue para mi una compañera y que se lo agradecía y que no estuvise muy apartada de mi ya que a veces es necesario tenerla conmigo… en fin un largo monólogo.
Un abrazo,
…Ya ves… Sería muy parecida a esta… Gracias Rosa por comentar.
Buenos días
Hay veces que ocurren estas cosas sin saber porqué yo siempre digo que hay que dar una explicación el silencio duele a morir.
Yo estaré poquito por aquí la salud me obliga.
Ánimo
Saludos
Vaya… Lamento que no estes bien de salud, espero que te recuperes pronto pues agradezco enormemente tus comentarios. Gracias y de igual forma animo. Un abrazo
Excelente reflexión, sobre todo porque nos hace ver hacia dentro. La indiferencia como la he visto e igual vivido, es un dolor profundo de quien lo lleva y el único método, pienso, que tienen para comunicarlo es siendo indiferentes, porque en sus mentes conciben que nadie es capaz de entenderlos. El silencio ha sido buena compañera, y también un fuerte combatiente, pero de esos combates una vez conciliados, desde ahí puedo escribir. Un sincero, abrazo y gracias por permitirme la comunicación de estas palabras. Lindos sueños! 🙂
Gracias a ti por compartir tus comentarios. De todos se aprende y me encanta ver de que forma encajan en cada uno y dependiendo de su forma de ser cada una de las situaciones que acompañan nuestras vidas. Un abrazo fuerte.